El enamoramiento es casi como una enfermedad de la razón. La química, la ilusión, la idealización nos envuelve, distorsionando nuestra lógica.

Nuestro inconsciente nos juega una broma, inventamos todo lo que queremos, haciéndonos creer que esa persona tiene todo lo que siempre habíamos buscado, como una profecía autocumplida.

Te separas del mundo, lo haces irreal porque fantaseas, pero al mismo tiempo te entregas a estas nuevas imágenes e ideas. Podría ser que estar enamorado sea la más grande mentira que nos gusta contarnos.

“No eres tú, es lo que en ti inventa mi deseo”

Desde la primera vez que me topé con esta frase de Lacan, ha tenido una enorme repercusión en mi manera de ver al mundo. Esta frase revela un mecanismo profundo sobre cómo algunas personas parecen ser lo que nosotros buscamos: no por quien sea, sino porque mi deseo usa al otro como un lienzo para proyectar mis necesidades.

El caso es que, a medida que se consolida una relación, esta idealización va desapareciendo, pasamos de una irrealización a una desrealización de la otra persona, la lógica regresa y todo se vuelve más razonable.

Entramos ciegos al amor y cuando esta fantasía no es compatible con la realidad, salimos calculadores matemáticos cuantificando pros y contras de la relación.

Este no es un texto para perder el encanto sobre este sentimiento, todos nos creamos la historia que deseamos contarnos. ¿Cuál es la mentira que te quieres contar a ti?

◐ Diego Ruzzarin