En el camino he encontrado lugares y personas muy interesantes, mismos que me hacen ver hacia dentro y poder descubrir en mí lo que antes no sabía. Descubrí cosas de mi que no podía haber encontrado solo jamás.

Movernos de un lugar implica mucho, pero primero es un cambio en la posición subjetiva de uno mismo para con el mundo en el cual nos identificamos. Así como existe un Diego que es padre, también existe un Diego, amigo, hermano, hijo, esposo, colega.

Es por eso que no creo sobre la existencia de un “verdadero yo”, aunque sí creo que existe un proceso legítimo de ser y otro irresponsable solo ser en función de la experiencia de la expectativa ideológica.

Nos damos sentido en el otro.

Desafortunadamente, no todos los lugares o personas en los que nos encontramos nos permiten ser quienes somos realmente o ¿También somos eso con lo cual no nos identificamos?

Somos un conjunto de experiencias, pensamientos, emociones y actitudes que se desarrollan con el tiempo.

¿El entorno que me rodea me permite ser o me veo obligado a fingir algo que parece natural para pertenecer? ¿Quién soy cuando finjo? ¿Cómo puedo ser “yo mismo” en todo lo que frecuento? ¿Quién soy? Freud decía que ser honesto con nosotros mismos es un buen ejercicio, podrías iniciar cuestiónate lo anterior.

Encontrar quiénes somos no es tarea fácil. Nadie tiene sentido solo, por lo que es importante rodearnos de lo que nos permita ser auténticos. En este sentido, el discurso entre nosotros puede ser revelador.

En ese espacio podemos descubrir cosas de nosotros mismos que no podríamos encontrar solos. Al final, se trata de valorar la importancia de ser uno mismo y rodearse de personas que nos permitan construirnos y ser congruentes con ello.

◐ Diego Ruzzarin